EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR Y LA ESENCIA DE MARCA PERSONAL

Esencia Marca Personal
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“Siempre hice algo para lo que no estaba preparada. Creo que esa es la manera en que crecemos. Cuando hay un momento de… ¡Uff!, no estoy totalmente segura de poder hacerlo, y te obligas a aceptar esos momentos, ahí es cuando avanzas”

Marissa Mayer- Ingeniera Informática, Ex Directora Ejecutiva de Yahoo

Aunque posiblemente ya lo sepáis, el Síndrome del impostor lo experimentamos un 75% de los individuos alguna vez en nuestra vida. La mayoría de los que lo hemos padecido no sabemos describirlo y además preferimos no hacerlo. Algunos desconocen que se llama así, y mucho menos que lo sufren millones de personas de cualquier nacionalidad, religión status o género y en todas las profesiones y actividades.

¿CÓMO ES ESTE SÍNDROME?

El Síndrome del Impostor suele presentarse en personas autoexigentes y afecta negativamente nuestra autoestima, al menos momentáneamente. El Síndrome del Impostor es un “sentimiento de no ser suficiente” y hace que nos sintamos un poco fraudes o impostores. Sería incompleto el resumen de este síndrome si no dijéramos que es frecuente incluso en personas de reconocido éxito que sienten que sus habilidades no son suficientes, no llegan al nivel que ellos se exigen o no son dignas de la atención que reciben.

Este síndrome, también llamado el síndrome del fraude, fue acuñado en 1978 por dos psicólogas clínicas, Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes lo definieron como la incapacidad de aceptar los logros y el éxito.

Según ellas  se debe a tres motivos:

  • Baja autoestima, temer reconocer nuestros méritos.
  • Excesiva humildad, no considerar adecuado el compartir con los demás los éxitos.
  • La atribucion de éxito y fracaso. Lo que hacemos de forma talentosa, no cuesta esfuerzo por lo que no le atribuimos su éxito. No damos valor a lo que hacemos fácilmente desde nuestro talento.

Aunque algunos penséis “ a mi nunca me pasó ” la realidad es que casi todos hemos los profesionales tenido en algún momento de su vida un momento de miedo a no “dar la talla”. Este dudoso privilegio se lo debemos a nuestra Cultura de la Comparación, así como a nuestro miedo cultural al fracaso.

Cuando este síndrome se presenta en su peor versión además de no creer suficientemente en uno mismo  lo acompaña un pensamiento de “no merezco la felicidad” y/o “no merezco nada de lo que he logrado”, e incluso puede llegar a  querer sabotear el éxito.

CÓMO EVITARLO, SOLUCIONES

Desde nuestra experiencia, la solución consiste en realizar un adecuado proceso de introspección para iniciar el camino hacia el mejor conocimiento de uno mismo. Desde ah es mucho más sencillo desarrollar una mayor confianza en uno mismo fundamentado en el Talento Personal.  Potenciar esa visión positiva de uno mismo que nos hará confiar en nuestras capacidades. La que conseguirá un aumento de nuestra autoestima pero ajustada a la realidad. Un empoderamiento pragmático que nos haga conscientes en nuestros puntos fuertes, nuestro valor o valores diferenciales, lo que nos hace únicos y especiales en nuestro mercado potencial.  La idea es equiparnos de razones fundamentadas para competir con eficacia y hacer frente a posibles adversidades. En definitiva, para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos.

EL VALOR Y SOLIDEZ DE LA MARCA PERSONAL.

A partir de este punto hemos de presentarnos para competir en el mundo real. Hemos de conseguir definirnos con transparencia y claridad y que se nos reconozca como realmente queremos. Para ello necesitaremos nuestra Marca Personal. Con nuestra Marca Personal lograremos posicionarnos para que nos reconozcan, nos valoren y nos perciban correctamente para elegirnos entre otras opciones.

Con el conocimiento de tu Talento y las adecuadas herramientas digitales podemos gestionar mejor cualquier síndrome del impostor. Tendremos nuestra autoestima con una adecuada calibración, conoceremos mejor quienes somos y cuales son nuestras capacidades que nos ayudarán a desarrollarnos, seguir creciendo y conseguir los objetivos que nos vamos marcando.

En resumen, las claves en las que hay que enfocarse y trabajar son: autoconocimiento, aprendizaje continuo, autoestima, autoenfoque, estrategia, planificación y acción. Con esta mentalidad los resultados deseados llegan solos.

Fundadora y Directora de Tú Marcas la Diferencia.

Patricia Jessen