En un mercado actual marcado por el cambio y la evolución tecnológica constante, el emprendimiento demanda más que nunca un nuevo camino a seguir para prosperar de forma eficaz. Este panorama es el que ha dado a las metodologías Lean su salto a la fama, entendidas como formas de reducir los riesgos del emprendedor, aunque nunca erradicarlos.
Uno de los errores que suele cometer el emprendedor, es realizar una inversión demasiado elevada en desarrollar un plan de negocio sin tener la certeza de que su producto será bien acogido.
Bajo nuestra misión de definir, diseñar, proyectar y emprender negocios viables, velamos por el talento del emprendedor como elemento diferenciador. En este sentido, detectar ese talento y proyectarlo con éxito en el mercado, requiere un aprendizaje continuo y, sobre todo, saber de qué manera adaptarse a las necesidades del cliente.
Con este objetivo, nace el concepto Lean Startup, una innovadora filosofía empresarial registrada por Eric Ries a partir de los programas formativos de Steve Blank, quien los imparte en universidades como Stanford o Columbia.
Lean Startup: Definición y pilares
El concepto Lean Startup se refiere a una metodología centrada en satisfacer las necesidades de los consumidores a partir de una inversión mínima. En palabras de Ries, este método hace referencia a la construcción de proyectos viables que reducen al máximo el desperdicio de recursos gracias a la previa investigación del mercado.
¿En qué consiste la metodología Lean Startup?
El Lean Startup requiere por parte de empresas incipientes y neo-emprendedores el apoyo de mentores. Según afirma Ries, quien recién se inicia necesita de un tercero que le abra los ojos y le ayude trabajar en base a lo que los clientes potenciales esperan.
Aplicar esta metodología implica identificar el talento del emprendedor para definir sus ideas de negocio y validarlas repetidas veces hasta que el producto o servicio ofrecido sea acogido favorablemente. Con ello no se evita el fracaso, pero sí se reducen los gastos de cada fallo cometido al haber empleado menos tiempo y recursos económicos.
¿En qué pilares se basa esta metodología?
Para entender bien este método, hay que conocer sus orígenes procedentes de los sistemas de organización japoneses como el JIT (Just In Time), el Lean Manufacturaring, o las estrategias PULL que, al igual que el Lean Startup, buscan aumentar la productividad ofreciendo el máximo valor con la mínima aplicación de recursos.
En este sentido, la metodología Lean trabaja bajo una estrategia PULL o, en otras palabras, de producción y distribución en función a lo demandado. Así, en lugar de emprender un plan de negocio basado en ciertas asunciones, se abarata el proceso de lanzamiento siguiendo un proceso repetitivo de validación.
Este proceso o circuito de experimentación, que permite determinar si se debe perseverar o hacer un cambio drástico, se compone de 3 pilares:
- Crear. Ries habla de la creación de un producto mínimo viable (MVP) que cuente con las características necesarias para poder ser testado en el mercado y, con ello, analizar resultados y conocer el perfil del cliente potencial.
- Medir. Para llegar al producto de éxito, es necesario contar con un método de medición fiable con el que detectar las necesidades reales.
- Aprender. El último pilar del Lean Startup se basa en el aprendizaje experimental para, finalmente, poner de nuevo en marcha el proceso que lleve a crear el producto final
Beneficios del Lean Startup
Antes de considerar los beneficios de esta metodología, debo mencionar que resulta especialmente efectiva en pequeñas empresas y negocios online de reciente creación, ya que cuentan con menores gastos y una mayor flexibilidad para adaptarse a procesos de re-invención.
En cualquier caso, el modelo Lean Startup se presenta como una opción más segura, rebajando hasta un 40% la posibilidad de fracasar, frente al 90% de los modelos tradicionales.
¿Qué puede aportar el Lean Startup a tu negocio?
El lanzamiento de un proyecto puede verse muy beneficiado por el Lean Startup, al igual que las fábricas japonesas aplicaron metodologías similares que también velaron por:
- Una mejora de la productividad mediante la erradicación de despilfarros.
- Un proceso de producción menos costoso y más flexible.
- Una relación más cercana y sólida con sus proveedores.
- Una mayor satisfacción por parte de sus clientes.
En definitiva, crear un MVP y aplicar el proceso repetitivo de la metodología Lean, evita que se despilfarren recursos en el desarrollo de un producto o servicio no deseado. Ahora bien, en el propio emprendedor reside la capacidad de detectar cuándo perseverar y cuándo apostar por el crecimiento.
Hoy, cualquier idea de servicio o producto, como negocio, puede ser buena pero el reto está en saber cómo implementarla.